Definir una estrategia turística: Sevilla

La temporada de turismo está en sus inicios y se prevé unos re sultados y unas cifras de visi tantes muy abultadas, cifras que superarán las conseguidas antes de la pandemia y que ya eran muy cuantiosas y que colocaban a nuestra ciudad como uno de los destinos interiores de referencia, con un crecimiento mantenido y continuo.

Esta bonanza nos lleva a pensar cómo conseguimos hacer convivir al ciudadano de Sevilla -que tiene su particular ecosistema vital, sus necesidades de trasporte, necesidades educativas, hospitalarias y sociales- con esa ingente masa de turistas que se desparrama por toda la ciudad y que muta general-mente cada 48 horas.

Ese turista que genera el 20 % del PIB de la ciudad pero que ha originado disfunciones evidentes como la falta de pisos de alquiler en determinadas zonas de la ciudad o la des-aparición del comercio tradicional ante la llegada de innumerables franquicias que son las que persigue y se cotizan ante el foráneo.

El vecino deja de socializar al desaparecer sus lugares de encuentro, sus bares tradicionales, sus centros de reunión en pro todo de un maná turístico al que todos se apuntan como dinero fácil.

Hay que abordar de manera urgente como regular este superavit turístico en pro de los sevillanos y su convivencia; hay que explicar de manera didáctica y continua los beneficios que nos reporta el turismo y de como esos beneficios son compartidos con toda la sociedad y nos se quedan reducidos a una pequeña casta hotelera y hostelera.

Sevilla vende felicidad, vende una manera de entender la vida, vende patrimonio, tradiciones y gastronomía; vende artesanía, historia y en la provincia una naturaleza desbordante y única.

Sevilla es un cruce de caminos en el que todas las civilizaciones han dejado su huella, hasta los invasores nos dejaron parte de su ser y configurando nuestra particular idiosincrasia, una sabiduría popular sin parangón.

Ya hemos vertido cien ideas para nuevas rutas turísticas que deslocalicen esa saturación insana del centro, hemos versado mil acontecimientos y efemérides, incluso hemos generado cientos de diferentes turismos menos ‘contaminantes’: idiomas, salud, deporte, etc., para reducir el de bajo coste por otro que genere mayores ingresos debido a que esos turistas tienen un mayor gasto per cápita.

Todo esta dicho y todo esta escrito, ahora hace falta un pacto de ciudad para ejecutarlo antes de que sea insufrible esta hemorragia de camisetas, pantalones cortos y chanclas con botellas de agua en la mano y tirando de una maleta.

En este pacto han de estar, amén del las patronales y representantes turísticos, todas las administraciones sin excepción alguna, a todas les compete pues todas perciben los beneficios del turismo y entre todos hemos de solucionar este nudo gordiano de convivencia, riqueza y ciudadanía.El plan turístico de Sevilla ha de ser re-pensado y puesto en marcha en un horizonte de ejecución de al menos cuatro años, con capacidad de adaptación permanente a las nuevas tendencias, a los nuevos acontecimientos que hacen muy cambiante los flujos turísticos.Esta es una tarea de todos pues es compromiso de todos y a todos beneficia.

 

GUSTAVO DE MEDINA
CEO de Ibersponsor

 

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